CAMINO DEL CONGO (DRC)

Esta manana nos levantamos al amanecer. Cruzamos la ciudad en moto camino de la estacion de autobuses. Kigali todavia esta dormida.Tenemos que llegar al oeste de Ruanda, hasta Ginsenyi,  pequena ciudad a orillas del lago Kivu, fronteriza con la Republica Democratica del Congo (DRC). El motivo del viaje es que el lago Kivu es una de las mayores fosas del genocidio. La ciudad fronteriza de Ginsenyi era la via rapida de huida al Congo a traves del lago. El famoso Serena Lake Kivu hotel, tiene tras de si la sospecha de haber albergado importantes reuniones de la cupula militar destinadas a la planificacion y ejecucion del genocidio. El segundo motivo, era cruzar al Congo y hacer noche en Goma, la ciudad fronteriza donde estan destinadas las tropas de mantenimiento de paz de las Naciones Unidas que intentan evitar los enfrentamientos de los rebeldes. 

El autobus atraviesa en silencio las montanas envueltas en una espesa niebla. Refugiados entre la maleza y la niebla se encuentra uno de las mayores negocios de Ruanda, los temibles gorillas. En cada pueblo, una agencia ofrece excursiones a las montanas con porteadores y rangers armados para ver de cerca a los gorillas. El modico precio son 700 dolares, 5 horas. Pasamos la fundacion Dian Fosey en nuestro camino a Ginsenyi. Me acuerdo de la pelicula “Gorilas en la niebla”. Dian Fossey fue asesinada por los cazadores furtivos de Gorilas a escasos metros de su fundacion, en su casa de estas montanas.

Mi companero de asiento despliega un periodico en Kinyarwanda, en el que solo puedo entender las letras Congo en rojo acompanadas de unas fotos de militares en la portada. Nos dirigimos a la zona rebelde del oeste asi que le pregunto que esta pasando en el Congo y porque ha entrado Rwanda en guerra y si me puede traducir al frances los titulares del periodico. A fuerza de necesidad, mi frances me permite ya tener pequenas conversaciones. Nusrat me da una patada fuerte y pone los ojos en blanco.

- GSC: Que pasa Nusrat?

- Nusrat: No es muy educado preguntar porque Rwanda esta en guerra con sus vecinos no?

- GSC: Maldita sea Nusrat, prefiero saber que nos vamos a encontrar. Me da igual que no sea educado, vamos en un autobus camino del Congo, no estamos tomando el te en el Claridge precisamente!

- Nusrat: Le vas a cabrear.

- GSC:  Pues que se cabree despues, y que me cuente primero lo que esta pasando.

Baptiste, es un chico joven. Cuando le pido que me traduzca el periodico se quita los auriculares de su iphone y accede sonriendo a contarme lo que sabe. Miro a Nusrat para decirle que no pasaba nada por preguntar. 

El este de Congo acoge el peor conflicto del planeta, el más mortífero. Desde que el genocidio de Ruanda llevara a muchos hutus al vecino Congo, el conflicto continua en sus fronteras con Ruanda. Tras un motín de oficiales y militares del Ejército del Congo, se creo el grupo rebelde del M-23. Los amotinados, exsoldados de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC), fieles al rebelde Bosco Ntaganda, buscado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y contra la humanidad. Justifican su amenaza por la inseguridad que se agravado en esa provincia oriental y que, supuestamente, pone en peligro la vida de la población civil. Ruanda esta acusada internacionalmente de ayudar supuestamente a los rebeldes. Hay muchisima riqueza en Congo. Varios paises donantes le han retirado la ayuda economica al pais debido a esta guerra encubierta.

La niebla envuelve el paisaje hasta que bajamos las colinas cultivadas en sistemas de terrazas camino del lago Kivu. Al llegar a Ginsenyi tomamos dos motos-taxi para que nos lleven al lago. Comenzamos a bajar a toda velocidad la carretera sinuosa, como si estuvieramos en Como o en Garda, que bordea el acantilado del lago. Me agarro a mi conductor y le digo “Pole, Pole (Despacio), Rafiki (amigo). A ambos lados de la carretera cataratas y saltos de agua descienden hasta el lago. Durante el camino los ninos me miran y senalandome gritan Muzungu! Muzungu! Y se rien. Hace ya demasiados kilomentros que no vemos un Muzungu.

Nos dejan en un hostalito a orillas del lago, un paraiso tropical. Rodeado de palmeras y jacarandas, se extiende magnifico el lago, cruzado apenas por algunas barcas de pescadores. Al otro lado de la orilla las montanas del Congo y sus volcanes activos nos miran.

Llueve de forma torrencial y hace calor al mismo tiempo. Mientras comemos el tipico plato ruandes (arroz, zanahorias, batata, platano frito y judias). La tormenta en calma podria definer perfectamente la situacion en Ginzenyi. A un kilomentro escaso los rebeldes se acercan a la ciudad congolenia de Goma, mientras, desde Ruanda, todo queda quieto y a la espera.

Preguntamos en el hostal por alguna moto que nos lleve al Lake Kivu Serena hotel un par de kilomentros mas hacia al Congo. Uno de los chicos del hotel se ofrece a llevarnos. De camino nos habla del genocidio, de que fue algo preparado durante mucho tiempo. Del consentimiento tacito de la comunidad internacional. Del papel de la Iglesia. Cierro los ojos, no se si quiero saber mas. Nos lleva bordeando las colinas en coche hasta el hotel, nos dice que debemos tomar una moto si queremos acercarnos al puesto fronterizo. No vamos a conseguir que ningun taxi recorra ese kilometro. No ahora. Despues de varios intentos, dos motos acceden a llevarnos a la ciudad fronteriza.

Cuando llegamos, una almagama de coches oficiales, coches sin marcas, motos y hombres armados.

Nos desaconsejan cruzar a Goma. Nos puede costar caro, llevan demasiados meses sin cobrar y demasiado meses en las montanas como para que alguien no pueda sentirse tentado de encontrar algun fallo en tu pasaporte muzungu que pueda alegrarle el mes. El ambiente es tenso en la frontera. No debemos estar aqui pensamos mientras vemos salir los coches que buscan acogida en Ruanda. Nuestros motoristas esperan nerviosos. Volvemos a Ginsenyi esquivando algunos de los refugiados que andadn por la carretera. Tormenta en calma, como si fuera un tranquilo pueblo de pescadores. No osbtante, todo el mundo sabe que Goma, a 1,3 km, caera en manos rebeldes en cuestion de dias. Que habra lucha. Que la guerra esta llegando a sus fronteras. 

Pasamos el campo de refugiado de Musanze. La lluvia golpea fuertemente las tiendas, al otro lado de la alambrada.

De vuelta en el autobus a Kigali se suben varias estudiantes. Me alegra verlas subiendo confiadas de noche en el autobus con sus carpetas. Ha costado mucho en Ruanda volver a ver esto. La chica a mi lado se queda dormida sobre mi hombro. En el camino atravesamos de nuevo las montanas entre la niebla.

Cuando llegamos a Kigali, solo queremos olvidar. Pienso que nunca diria que por fin estamos en Kigali. Tomamos dos moto-taxis hasta Kimuhurura, uno de los barrios principales, donde se encuentra el restaurante Papyrus, un elegante bar de disenio sobre las colinas de Kigali.

Llegamos al bar de la cuarta planta, un atico al aire libre decorado en una mezcla de estilos minimalista y modernista. Sobriedad post-guerra, metal y hierro.  De fondo suena la Garota de Ipanema. Mientras tomamos una copa de vino sudafricano para recuperarnos de las seis horas de autobus, vemos como se extiende la ciudad tenuemente iluminada a nuestros pies. Arriba las estrellas. Es un espectaculo ver una ciudad renacer del horror de la guerra de esta forma. Ha sido un especaculo ver otra ciudad, precipitandose a la guerra, sin remedio.

Olha que coisa mas linda
mas cheia de graça
e ela menina
que vem e que passa
num doce balanço a
caminho do mar.

Moça do corpo dourado
do sol de Ipanema,
o seu balançado
e mais que um poema,
e a coisa mais linda
que eu ja vi passar.

Intento conseguir wi-fi para poder comunicarme con mi casa por wassap. Recuerdo las playas de Ipanema a muchisimos kilometros de distancia. Me concentro en la musica, las luces y el vino. Nusrat habla en hindi con el dueno del restaurante.

Pienso en nuestro dia. Pienso que llegue a Africa sin poder poner un pie en la calle sola y que he llegado hasta el Congo en moto. Intento pensar porque habriamos querido llegar hoy hasta alli. Que estabamos buscando. Quizas queria hacer cosas que nunca pense que haria. Estar en sitios que nunca visitaria.

No se porque, siento que no querria estar en ninguna otra parte. Que queria ver todo aquello. Que queria seguir viendo mas.

 Empiezo a comprender porque Africa engancha. Quizas una vez que comes con su comida y bebes su cerveza, quizas una vez que compartes con ellos las horas eternas en el autobus, quizas porque vuelves con ellos cuando cargan sobre sus cabezas los cubos de agua, quizas porque has visto que se aseguran de que llegas bien a tu destino, quizas por eso, empiezas a querer saber acerca del suyo.

Y quizas, porque solo habiamos ido a Rwanda a ver los gorillas, decidimos que no era necesario evitar el genocidio.  Quizas, porque no hemos cruzado las fronteras de Goma, puede que no nos importe mucho lo que pase detras de su valla. Quizas, porque solo hemos venido a Africa de safari, solo podemos ver los leones en la savanna.

Ellos se preguntan que hacia la comunidad internacional mientras el genocidio ocurria. Yo podria decirles lo que hacian y lo que decian, mientras la BBC pasaba las imagenes de las masacres a machetazos, en el telediario de la tarde. Pero no me atrevo. No podrian comprender lo poco que importan.

“- Es que siempre estan a tiros esa gente? Haz el favor de cambiar el canal, no ves que estamos comiendo?”

- Sopa de letras te parece bien?

- Si, eso, o mejor, pon la 2, para que veamos los animales en la savanna.”

Termino mi copa de vino. Nusrat tambien ha terminado su conversacion. Me pregunta si nos vamos. Si – respondo- ha sido un viaje muy largo.

"Cuando una batalla esta perdida, sólo los que han huido pueden combatir en otra"

Demostenes