jueves, 6 de diciembre de 2012

TERRITORIO TSE-TSE: SAFARI EN EL RIO TARANGUIRE




Savanna violenta

El guia nos recoge puntual a las seis de la manana, para llegar pronto a Taranguire.

En el camino,  el coche sortea las enclenques vacas que guian los masais que, envueltos en sus brilantes mantas rojas y azules, interrumpen el dorado interminable del bush. La arida savanna despierta sobre las bomas (casas) masais que salpican el paisaje violento. Las bomas, construcciones circulares de paja y adobe, permanecen a una prudente distancia unas de otras, respetando el espiritu individualista y nomada de sus duenos. Tal y como me ha explicado Morris, compruebo que “los pueblos masais”no existen, sino que son un invento para que el turista occidental pueda volver con una foto hecha entre las casitas, en el umbral de alguna choza, mientras luce al cuello el colorido collar de mil shangas (cuentas de plastico, en suajili). Lejos de eso, los masais viven en territories separados, si bien no distantes unos de otros, en los que hay una o varias bomas para cada una de sus mujeres y un pequeno cercado para el ganado. Vacas o cabras.



 Massai boma

Estamos en territorio massai. Los masais, la tribu guerrera del sur de Kenya y el norte de Tanzania, se distingue por su fiereza, que alimentan bebiendo sangre animal y carne cruda, sus numerosas mujeres, sus mantas coloridas, sus sandalias hechas de llantas para resistir la maleza indomita, su hermandad y su soledad. El bush amanece poco a poco y distinguimos a las mujeres de agujereadas orejas que caminan varios kilometros para buscar el agua y cargarlo sobre sus cabezas, los masais que, solitarios caminan hacia algun lugar, los ninos que pastorean con apenas cinco anios entre los cauces secos mas de diez vacas, los jovenes que avanzan pintados de blanco que indican que estan en proceso de preparacion para su circuncision y comienzo de la vida adulta, las ninas de cabezas calvas que cargan con sus hermanos a la espalda, los miembros de la tribu guerrera Sukuma (en suajili, norte) que tambien viven en el norte de Tanzania.

Ninio pastor masai


Pequenas cruces de madera sobre las iglesias de uralita se distinguen aisladas cuando cruzamos los pueblos, como oasis de espiritualidad y paz en la inmensidad del arido paisaje.

Y pierdo la vista camino de Taranguire, observando la vida de esta tribu indomita, que se resiste a perder su identidad y su soledad para someterse a los dictados del imperio de las formas de sociedad occidental.

Me abrocho el cuello de la camisa y me ajusto las mangas cuando el chofer nos avisa que entramos en territorio tse-tse y vuelvo a rociarme de antimosquitos. No quiero que me pique. La mosca contagia la tripanosomiasis o enfermedad del suenio, que provoca, entre otros, trastornos en el sistema central en sus estadios mas avanzados.

El coche descubierto avanza tranquilo entre las acacias y los baobas que salpican la inmesa llanura de Taranguire, bajo el abrasador sol del mediodia, espantando las manadas de gnus que huyen a nuestro paso mientras nos dirijimos en direccion al rio, en busca de los elefantes. Sobre nosotros el cielo azul de Africa moteado de nubes blancas se extiende hasta el infinito, donde se pierde la vista.

En nuestro camino, pasamos junto a las jirafas que, con su elegante paso, nos miran con sofitiscado desden. Miss Tanzania, como las llaman por aqui. 

Jirafas

Las cebras asustonas, cada una con un rayado distinto, como nuestras huellas dactilares, se revuelvan en el barro de las charcas, como los jabalies salvajes para cubrirse de barro y evitar las picaduras de las moscas.

Cebras cruzando

Pumba en la pelicula el Rey Leon



De repente, el chofer para en seco y nos senala lo que andabamos buscando. El leon. Nosotros no vemos nada, pero el coche da marcha atras y el chofer nos senala satisfecho a nuestro lado la manada de bufalos. Fijamos la vista, y ahi esta, magnifico. Nos abrazamos contentos de haber podido verlo!

El leon espera tranquilo a la sombra del baobab mientras contempla agazapado entre los arbustos la manada de bufalos que pasta a escasos metros. Calcula si podria alcanzar alguno despistado. El viento no le ha llevado al bufalo que pasta apartado de la manada el olor del leon, asi que continua rumiando en silencio bajo la atenta mirada del rey de la selva. 

El rey de la selva


Paramos observando los movimientos del leon a escasos metros, bajo un sol africano de justicia que se hace insoportable. Me remango las mangas de la dura camisa que llevo, dejando los brazos  y el cuello al descubierto a pesar de las moscas tse-tse que revolotean. Ya lo pensare manana. Hoy hace demasiado calor. El conductor me da un toallazo en la espalda sin mirar si quiera y se da el tambien un par de toallazos en la suya. Le miro sin dar credito.

-         -  Tenias una en la espalda, pole.

Espero. Maldigo. No siento ningun picor. Respiro de nuevo. Vuelvo a bajarme las mangas con gran pesar.

Un poco mas adelante, el coche avanza, el chofer nos indica una mancha negra y seguimos con los prismaticos el sigiloso paso de la leoparda que avanza sin quitarnos ojo. Y de su cria que la sigue trotando y que la interrumpe a cada paso, correteando entre sus patas para provocarle el juego, saltando para intentar alcanzarle las orejas.

Leoparda y su cria


Bajamos el acantilado que nos lleva al rio y vademos el Taranguire para acercarnos a la manada de inmesos elefantes que se bania en el agua. 

Rio Taranguire


El coche avanza entre ellos, mientras Rashid y yo temblamos de que nos den un orejazo, y nos parece estar en la pelicula Parque Jurasico, pero el chofer se rie. Nunca pasa nada dice sin inmutarse.

Elefantes en Taranguire


Le proponemos al chofer que nos pare en algun punto al atardecer para hacer picnic y poder andar despues del safari en coche. El chofer vuelve a reirse. Es imposible poner un pie fuera. Nos recuerda que no estamos en el Hyde Park londinense con toda la razon. Pero propone llevarnos al safari lodge, desde donde podremos observar la caida del sol. Avanzamos deprisa entre las manadas de monos, dejando rebanios de ciervos a ambos lados del camino.

Monos
Ciervos en el claro


 Nos cambiamos los zapatos e intentamos adecentarnos despues de ocho horas de safari y entramos en la elegante terraza del lodge desde la que se contempla la inmensidad de la savanna violenta.

- GSC: Samahani, ninaomba gin and tonic, tafadhali
- Camarero: Double?
- GSC: Hapana, single. Sin hielo. Por favor.

Como hace ya demasiadas tardes, ginebra keniata y agua tonica para combartir el calor intenso de la savanna. Recostados sobre las sillas de lona del lodge, cada uno en silencio con nuestros prismaticos, observamos la vida salvaje que ocurre frente a nosotros. Perdemos la vista entre las acacias y los enormes baobabs y pienso en la oferta de nuestra oficina en Viena. Rashid y yo somos buenos amigos, por eso hacemos safaris juntos, que es igual que viajar, porque a los dos nos gusta contemplar callados el paisaje sin necesidad de tener que mantener un parloteo incesante.

Safari Lodge


Les ha gustado mi entrevista. Me esperan a medidados de enero. Pienso en Viena, en sus grandes avenidas limpias, ordenadas, extendiendose de un color gris perfecto sobre el Danubio azul. Europa. Ahora tan eficiente se me antoja sin embargo artificial. Se me vuelve a encoger el corazon. Echare de menos el color rojo del sol cuando se derrite sobre la savanna? El azul vivo de las mantas en las que se envuelven los masais? El rosa palido de los flamencos sobre los lagos de Momella? el verde intenso de las hojas de palmera que pueblan las colinas nebulosas de la selva de Meru? Los matices de naranjas y  fucsias que envuelven la silueta recortada de los arboles cuando atardece? El dorado de las planicies salvajes del bush en Taranguire? El marron del barro que cubre las chabolas que se extienden a los lados de la via del tren? El morado de las flores de los arboles de jacarandas? El negro de las noches sin luz? El color blanco de las estrellas sobre la terraza del club? El celeste brillante del cielo despejado sobre el Kilimanjaro…? 

Vuelvo a imaginar los sonidos de Viena. El traqueteo de sus puntuales tranvias, de la opera y de la musica de Mozart en los cafes.  Y ya se que echare de menos el martilleo de los pajaros carpinteros, el bramido de los elefantes, el chocar de las bolas de billar, el sonido extranio de las canciones masais que cantan los ninios en la guarderia bajo mi ventana cada manana y la llamada a la oracion desde las mezquitas cuando atardece. Aprendere a bailar el vals pienso y se que, por alguna razon, cuando baile pensare en Morris y en quien estara bailando esa noche, bajo las estrellas, en la terraza del club. 

Rashid interrumpe sin permiso mis pensamientos.

- Rashid: Cual ha sido tu momento preferido del safari?

- GSC: Avanzar a toda prisa, de pie, sujeta a las barras laterales del coche de safari, con el viento golpeando la cara, entre las manadas de gnus bajo las acacias y sorteando las cebras es algo que no voy a olvidar en mucho tiempo creo... Y el tuyo?

- Rashid: Para mi ha sido el leon, ver un leon. Ojala lo hubieramos visto devorar al buffalo.

- GSC: Tipica respuesta masculina! –Nos reimos.

Cenamos bajo la enorme acacia del New Arusha Hotel y terminamos nuestro safari a lo Hemingway, escuchando la banda de jazz que toca en Hatari Tavern, sobre su jardin tropical. Se acerca a saludarnos Hans, un cazador blanco amigo mio. 

- Hans: Como va tu adaptacion? Te veo muy africana.- Me dice senalando mi camisa verde, el pantalon beige y la pulsera de huesos de gnus en mi muneca.

- GSC: Demasiado adaptada, acabo de llegar de Taranguire, que he ido de safari. Solo me falta beber Konyaki  como veras! ( el Konyaki es el licor local que se vende en bolsas de plastico monodosis, y es una mezcla entre ginebra y colonia S-3, sin acertar en que proporcion cada una)

Konyagi, el espiritu de la Nacion


- Hans: Oh, si me lo hubieras dicho os hubiera invitado a casa a tomar algo. Vivo en una casa sobre un Baobab a las afueras del parque!

Nos morimos de la risa. Solo en Africa se puede dormir en una casa de lujo construida sobre un baobab y contarlo como algo normal. Dios mio. Solo aqui.

baobab, el arbol sagrado


- Hans: Como vas con tus problemas de suenio? La ultima vez que te vi recuerdo que me contaste que no podias dormir y tenias pesadillas. Pero ahora no te veo con muchas ojeras.

Nos reimos mientras le cuento la anecdota que me paso con el farmaceutico de Arusha en las primeras semanas que me era imposible dormir tranquila en Africa. 

-          -Tengo pesadillas por las noches, me cuesta dormir. Algo de ansiedad. Tiene usted valeriana en infusion? Algo que sea natural?- Le pido al farmaceutico hindu de unos cincuenta anios que me atiende.
-          -Donde esta su anillo? No se ha comprometido todavia su novio?.- Me pregunta el  farmaceutico, tocado con su turbante sik, sin responder a mi pregunta, mirando mi dedo anular vacio con la misma asepticidad que le preguntaria a un paciente por los sintomas de su dolencia mientras le examina.  
-          - No, no tengo anillo. No tengo novio.- Contesto sorprendida, casi disculpandome.
-          - Por eso no puede usted dormir bien. Cuando le pongan un anillo de compromiso, vera usted como descansa mas tranquila.- Me diagnostica muy serio.


      No pude contener la risa mientras le miraba sin dar credito.

Pobre hombre – le digo a Hans- si le hace la misma broma que me hizo a mi a cualquiera de las protagonistas de sexo en Nueva York en concreto o a cualquiera treinteanera en Europa sin especificar, no lo cuenta. Podria firmarlo ahora mismo y no me equivocaria que se hubiera tragado, como minimo, medio tacon por la garganta a la misma vez que un sermon sobre la liberacion de la mujer.

- Hans: Y que has hecho entonces? No me digas que te has casado?!

Saco de mi bolso el anillo de zafiros y diamantes falsos que me compre hace tiempo en una de las tiendas de los soportales de la Rue de Rivoli en Paris. Lo llevo siempre conmigo. 

- Hans: Es una tanzanita?! ( La tanzanita es la piedra preciosa de Tanzania, de color azul zafiro)

- GSC: Es una joya de familia…No, hombre! Es falso! Me lo traje de Espana. Un retazo de civilizacion en el Africa negra, quizas. Un amuleto. Algo con lo que podria pagar o dejar en prenda en un aprieto. No se porque lo llevo. Pues mira he probado a ponermelo mas a la misma vez que he hecho un par de safaris, y la verdad que ya he cogido mucho mejor el suenio..!

Nos reimos. 

Hans: Dejame que te diga sin que te ofendas que el farmaceutico tiene razon. Africa es un pais peligroso para una mujer sola. Yo odio irme semanas al bush sin saber si mi mujer esta bien. Antes de irme me aseguro siempre que tiene gente cerca que esta pendiente de ella.

GSC: Ya lo se. Por eso no me importaria vivir aqui, pero con el hombre adecuado. Y pienso para mis adentros en ese hombre adecuado. Mr. Right, como lo llama Morris cuando hablamos de el y le pregunto que donde estara. Y pienso que el termino "adecuado", tiene ahora otras connotaciones que las que tenia en su dia para mi. Cuando no podia comprender muchas cosas. Y ahora se que adecuado significa enamorado de mi, guapa o fea, sana o enferma, rica o pobre. Como lo estare yo, algun dia. Y confiare en el porque mi vida estara en sus manos y la suya en las mias. Y los dos los sabremos. Y adecuado ya no significa una nacionalidad, una religion o una carrera, adecuado significa valiente, trabajador incansable e inconformista. Sera para mi adecuado quien persiga sus suenios y quiera al mismo tiempo que los persiga con el, que comprenda que independencia no significa lejania y que dependencia no es necesariamente debilidad. Y adecuado sera el que piense que yo soy la adecuada, solo por ser yo, sin ningun otro adorno y que si estoy a su lado, lo demas no sera necesario. Y ahora comprendo muchas cosas. Y sonrio recordando las palabras de Morris referidas a la existencia de Mr. Right. "Esta. En algun lugar, en algun momento". Y recuerdo las palabras del Tao, "cuando el alumno esta preparado, aparece el maestro" . Y por alguna extrania razon la existencia de Mr. Right no me preocupa. Algun dia, pienso. Y vuelvo a concentrarme en la conversacion con Hans.

Hans: Asi estamos?! No me lo puedo creer! Te ha picado el dudu?

GSC: Si Hans, el antimosquitos no ha funcionado. Te confieso que estoy perdidamente enamorada de Africa. Sin solucion.


Enamorada de la vida de safari


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