“In Ictu Oculi” (1670-72)
Juan de Valdés Leal
In ictu oculi, en un abrir y
cerrar de ojos, reza el cuadro de Valdes Leal que cuelga de la Iglesia del
Hospital de la Santa Caridad de Sevilla.
La carretera general esta cortada
asi que tenemos que tomar uno de los atajos que atraviesan la selva para llegar
a la discoteca. Avanzamos por la carretera de tierra batida entre el espeso
polvo que levantan los coches, como si atravesaramos Londres, envueltos en una
densa niebla de polvo. Sentada en el lugar del copiloto juego con mis
companeros y Phillipe, el taxista, a adivinar capitales de remotos paises de
Africa.
– Maputo, capital de…
De repente el coche que corre en
sentido contrario adelantando a toda velocidad nos encuentra al final de la
curva, no tiene tiempo de girar, nos enfrenta con sus faros, Phillipe, en un
movimiento reflejo derrapa intentando ladear el coche hacia la Montana evitando
el choque frontal y el precipicio a nuestro lado, pero quedo expuesta al
embiste lateral por ir en el asiento del copiloto. Sin mi cinturon de seguridad
caigo sobre Phillipe. Cierro los ojos. Encojo las piernas y el corazon. Aprieto
mas los ojos. Todo sucede a camara lenta. Espero oir el terrible crash que
preludia el desastre. El crujido de los cristales cayendo sobre nosotros, la
amalagama de hierros que se nos va a venir encima. Oigo caer la tierra batida
sobre nuestro cristal. Espero.
No se oye nada mas. Vuelvo a abrir los ojos. No se ve nada, el coche esta cubierto en tierra. Abrimos los ojos poco a poco con cuidado. Nos miramos temblorosos y salimos del coche. El coche contario, ha caido por el precipicio sobre la selva.
Rodeamos el taxi y vemos que las
huellas del coche contrario marcan una “L” perfecta sobre la tierra, frente a nosotros, un surco de huellas de ruedas
queda trazadado a escasos diez centimetros de nuestro parachoques. Miramos
atonitos imposibles la L que pasa sin rozarnos, en un movimiento imposible dada
la velocidad del coche. Apartado bruscamente de nuestro camino in ictu oculi,
como si lo hubiera lanzado de la carretera una mano invisible. No damos
credito.
Mientras limpiamos la tierra del
cristal intentamos ver el coche caido en la profundidad de la noche cerrada.
Otros coches se paran. Es la una de la manana, no podemos permanecer mas tiempo
parados. Los hijacks (robarte el coche cuando vas dentro) son frecuentes.
Preguntamos si hay que llamar a la ambulancia o la policia, pero aqui el que
los usa tiene que pagar por estos
servicios. La norma es que se ocupan de el los otros coches, no hace faltar
llamar a nadie. La ley de la selva.
Phillipe pone de nuevo el coche
en marcha, avanzamos despacio en la oscuridad, entre el polvo, en absoluto
silencio, sumido cada uno en nuestros propios pensamientos. Recojo la biblia
que lleva siempre el taxista en su coche y que ha caido de su sitio fijo en el
hueco del freno de mano. Empiezo a rezar por dentro dirigiendome a mis dos
padres, “Padre Nuestro, que estas en el cielo…”. Se ha decidido que nosotros
vivamos, ilesos. Se ha decidido que otro conductor caiga abajo. Al precipicio.
La vida y la muerte han pasado frente a nosotros, in ictu oculi. In ictu oculi. Recuerdo el cuadro de la caridad de
Sevilla, su calavera y su leyenda. In ictu oculi...Sigo pensando camino de la
discoteca la logica que hay detras de las decisiones que desconocemos. Y
comprendo que insgnificante soy.
Cuando llegamos a la discoteca
nos lanzamos a la pista bajo las palmeras como si fueramos salvajes, naufragos
que volvieran a la orilla despues de ser arrastrados por una ola y bailamos
entre voluntarios, massais y locales al ritmo frenetico de la musica africana.
No hablamos entre nosotros, solo bailamos, bailamos como si no hubiera manana.
Al dia siguiente, todos nos
levantamos tarde. Me despierto con cinco emails en la blackberry y un mensaje
de texto.
Uno es un email de nuestra oficina en algun lugar de Europa. Me ofrecen una
entrevista para un puesto. No lo esperaba. De nuevo, In ictu oculi. Digo que
si.
El siguiente email es de mi amigo
hindu preguntando si le acompano a un safari de leones y elefantes en
territorio de mosca tse-tse, la mosca del suenio. Digo que si. Si a todas las
oportunidades, si a seguir viva.
El sigiente es de mi jefe “ Sigues viva? He preguntado por ti pero me
han dicho que no has llegado a la oficina. Supongo que bastante fiesta ayer….Te
espero en mi despacho. Hay que hablar del caso. ” Digo que si. Si. Si a
seguir viva, si a que todos nos hemos dormido, si a que la fiesta de ayer fue larga.
Si a hablar del caso. Si a seguir trabajando.
“Nairobi” se titula el siguiente.
Es de Victoria. “Vamos a Nairobi el
proximo fin de semana? Tu extiendes tu visa y yo necesito algunas compras y tambien
podemos ir en matatu(autobus local) al Valle del Rift que esta cerca. Nos vemos en el New Arusha manana para organizar?”. Digo que si.
Si a Nairobi. Si al Gran Valle del Rift. Si a atravesar la savanna en autobus.
El ultimo email es de Nusrat “Has venido a Arusha a dormir o a trabajar?
Ha venido el jefe, ha preguntado por ti. Le he dicho que estabas en una
reunion, no ha colado....Pole! Esta noche hay peli hindu en el cine, Jab Tak Hai Jaan (Mientras yo respire esta
vida) y despues podemos cenar chicken tika massala en el puesto de al lado?
Hazme feliz y acompaname que es un exito de taquilla en la India!”. El pollo hindu me tienta. pero para ir al cine hay que atravesar de nuevo la carretera donde tuvimos el accidente. Mi primer impulso es evitarlo y contestar que no, mi segundo es seguir adelante y digo que si. Porque en Africa aprendes que la unica manera de sobrevivir es enfrentar el miedo, cualquier miedo, y seguir, sin cambiar el paso.
El mensaje de texto es de Morris,
“Bailamos esta noche?”. Digo que si a Morris. Si a jugar al billar y
a ver las estrellas desde la terraza del club. Si a nuestras discusiones. Si a
oirle decir detras de mi, senalando la siguiente bola; “ahora la roja, ahora ve a por la azul, pero quien demonios te ha dicho
que intentes la naranja?!”, como cada noche. Si a sacarlo de su granja y a
acompanarnos en el club. Si, a seguir viva.
Doy gracias de nuevo por poder decir que si a
todo. Porque la vida sigue. Con sus mil pasos y sus oportunidades.
"En dos palabras puedo resumir
cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante"
Robert Lee Frost
* A la fecha de edicion
de este
post, los rebeldes han tomado la ciudad de Goma, en Congo. Me alegro de
haber
ido hace tres semanas. Por alguna razon, pongo una alerta en la pagina
de la
BBC para que me avise del avance de los rebeldes y por alguna razon, las
noticias sobre esta guerra en google son muy escasas, asi que seguire
la guerra a traves de la pagina de la Cruz Roja Internacional.
* A la fecha de edicion de este
post, he tenido que postponer mi viaje a Nairobi por las bombas de Al-shabaab arrojadas
contra civiles en iglesias y matatus (el autobus local). Nuestra organizacion
no nos autoriza el viaje a Nairobi si no es extremadamente necesario hasta nuevo aviso. Pienso que solo
lo voy a postponer una semana. Si, es extremadamente necesario ver el sol
cayendo sobre el Gran Rift.
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