miércoles, 17 de octubre de 2012

EXPORT ONLY: EL MERCADO DE SEGUNDA MANO



La moda reivindica el derecho individual de valorizar lo efímero
Coco Chanel

Cuando recibi la invitacion para la fiesta tematica de Tango en el club de polo cercano a Arusha llame a mi amiga para preguntarle donde ibamos a comprarnos un traje. Te apetece que vayamos el sabado de compras? Mi amiga empezo a reir. – Sin problema, el sabado vamos!
Me he metido toda la semana en google buscando trajes de tango, para ver que tipo de traje elegiria para comprar!

A las 9 de la manana del sabado nos montamos las dos en el dalla-dalla camino del centro de la ciudad en busca de nuestro traje. – Que tipo de traje estas pensando en comprarte?, le pregunto- se vuelve a reir – No he pensando en ningundo contesta! Tendremos que apanarnos con lo que encontremos en el Mercado de segunda mano. Compraremos lo que haya, no lo que elijamos.
- A que te refieres? – pregunto- No voy a comprarme ropa de segunda mano en Africa! Estamos locos! Podria coger cualquier cosa!

Se vuelve a reir- Entonces sera mejor que vayas lavando tus vaqueros, aqui no hay tiendas de ropa. Vamos al “Mercado de Segunda Mano”, que es la ropa que viene de Europa enviada como caridad y que se revende aqui en segunda mano, algo encontraremos. Eso si, metete el movil en el bolsillo y no lo saques. Aqui hay que estar atenta.


Mercado de Segunda Mano, caridad occidental

Comenzamos a pasear por el Mercado de segunda mano en busca de un traje que cumpliera el requisito de ajustarse a la tematica Tango. Ropa de los 70, 80 y algun guino a los 90, parecia el vestuario de un videoclip malo de los que se usaban en karaokes. Habia de todo; zapatos, tacones, mochilas, maletas, medias, ropa interior, mantas, almohadas…. “Muzungus! Muzungus!” (Blancos! Blancos!) karibuni!” (bienvenidos), nos decian las mamas (senoras) vestidas en pareo, tumbadas sobre las montanas de ropa y que nos sonreian con sus dientes picados, como los tienen la mayoria de la poblacion.

Nunca habia sentido tanta verguenza de ser una muzungu. La rabia me llenaba la nariz, al mismo tiempo que el polvo del Mercado y de la ropa se me metia dentro. Cuando trabajaba no me daba tiempo a llevar mis zapatos al zapatero a ponerle tapas, asi que, si tenia algo importante, me compraba directamente unos nuevos. El Mercado se extendia inmenso a las afueras de Arusha, con toda la ropa usada enviada de occidente en senal de caridad. La ropa pasada de moda. La ropa que nos sobra, porque a ellos les falta. 

Mi amiga saco una falda negra de unos montones de ropa del suelo, quitandole el polvo se lo prueba por encima. – Esta un poco largo mama, no me lo puedo llevar asi- le explica a la vendedora. - Hakuna matata (no hay problema) lo arreglamos ahora mismo - contesta, y se acerca lentamente a pedir un hilo a la senora a su lado. Mi amiga empieza a explicarle que tiene que dejar la falda con un raja para poder bailar Tango. La senora se muere de risa y pronto se nos acercan muchas vendedoras para que le contemos que es un traje de Tango a ver si tienen alguno…Preguntamos el precio de la falda. 3,000 shillings. No llega a 1,50 euros.

Seguimos buscando entre los puestos, de pronto, veo un puesto de ropa interior. En el puesto cuelga una combinacion de tela negra, ribeteada de un encaje a medias entre tela y plastico. Se me abre la luz.

– Victoria! Ya lo he visto! Vamos a llevarnos esas dos combinaciones!! Que magnifico traje de Tango, directo de los arrabales de Buenos Aires!- Victoria se rie, niega con la cabeza.- No, no podemos ir a la fiesta mas elegante que hay en Arusha en ropa interior! – Como Scarlata cuando le robo a su hermana las cortinas verdes, me la pongo por encima y le digo convencida - Esto ha dejado de ser una combinacion, ahora es un traje de tanguista professional!- 4,000 schillings la combinacion, no llega a dos euros.

Cuando llegamos a la fiesta, llegan las felicitaciones por nuestro maravilloso vestido. Le he anadido un cinturon de elastico de segunda mano por 50 centimos y un anillo de bisuteria que imita diamantes, unica concesion  a la moda que hice en mi maleta para venir a Africa. Como tampoco tengo secador, el pelo lo he secado debajo del secamanos del club y lo he sujetado en un monio. Las unicas medias transparentes que me quedan estan rotas por el contacto con el acido del antimosquito. Gracias a Occidente, en Africa hay poca luz cuando no cortes de varias horas,  asi que ni me preocupo de las carreras.

Estoy radiante, miro los trajes a mi alrededor y me siento feliz de llevar un traje que solo me ha costado 2 euros, me siento feliz de no tener mas trajes que este. Alguien me pregunta de donde he sacado un traje de cocktail tan perfecto para la ocasion, mientras me mira el anillo con aprobacion. Bebo mi copa de champagne y contesto - Me lo he traido de Espana.- Eso pensaba cuando te he visto! - asiente convencido – Aqui no se pueden encontrar cosas asi!

Bailas? – se acerca el tanguista keniata-argentino que ha venido de Nairobi a la fiesta a realizar la actuacion. La orquesta toca “Mi Buenos Aires Querido”.

“Mi Buenos Aires querido
cuando yo te vuelva a ver,
no habrás más pena ni olvido…”

Mientras bailo pienso en la senora que habra dado esta combinacion a la caridad. Pienso en cuantas tendra y en cuantas se pone para haber dado esta. Pienso si sabe que su combinacion ha sido revendida y pienso si sabe que se puede convertir en un elegante traje de cocktail con un solo cinturon, de segunda mano. Tambien pienso cuantos trajes de cocktails tendra y en cuantos se pone.  Pienso en los que tengo yo y en los que me pongo. Pienso en los que ni siquiera he estrenado. Pienso que nunca he estado tan favorecida como con esta combinacion de segunda mano y el pelo sin rulos y sin laca.



"Con los años he aprendido que lo más importante en un vestido es la mujer que lo lleva puesto"
Yves Saint Laurent

Mi companera de la oficina se va a Inglaterra unos dias porque tiene su acto de graduacion - Que necesitas del primer mundo? – me pregunta – aprovecha!- Que maravilla, empiezo a pensar, seguro que tengo un monton de cosas que por fin puedo conseguir! Sigo pensando, pero veo que necesitar de verdad no necesito nada. Si me lo hubieran preguntado nada mas llegar, habria tenido que fletar un avion! Almohadas, mantas, sabanas que se ajustaran bien a la cama. Ahora que he aprendido a dormir del tiron en un saco y con un cojin por almohada no me hacen falta. Sigo pensando. Que podria necesitar yo de Inglaterra?
Quizas tal vez unas medias…No, en verdad no habia nada que necesitara. – Si – le contesto – ya lo he pensado. Necesito que te lo pases muy bien en tu graduacion, te echaremos de menos en la oficina.

El dia de tu muerte sucedera que lo que tu posees en este mundo pasara a manos de otra persona. Pero lo que tu eres sera tuyo por siempre.”
(Henry Van Dyke)

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