miércoles, 24 de octubre de 2012

UNA PRINCESA AFRICANA



-          Porque gritan?
-          No tienen pan Alteza
-          Pues que tomen brioche.

(Maria Antonieta, Reina de Francia, a su ayuda de camara, cuando el pueblo de Paris se manifiesta frente a Versailles, en las visperas de la revolucion)



Estamos tendidos a pocos metros del orfanato de Tengeru sobre una manta masai a cuadros, ayudando a colorear a los ninos de sida que viven alli, cuidados por dos senoras irlandesas que han dedicado su vida a ocuparse de estos ninos. Me ha costado venir, no sabia bien como iba a reaccionar. Hoy me he decidido. Me pongo a pintar con Lena, una de las ninas. Al principio no me hace mucho caso, asi que empiezo a pintar una princesa con su traje rosa, el pelo tiene que ser verde porque no hay lapiz amarillo y su corona.
Veo que sigue mi dibujo con atencion. Me pregunta que estoy pintando. Entiendo que me lo pregunte, lo del pelo verde la habra despistado.

- GSC: Una princesa! Te gusta? Ves? Con su corona y todo.
- Lena: Que es una princesa? – Me mira. En su cuaderno de dibujos no hay ninguna princesa pintada.

Una princesa? Me doy cuenta de que no lo se. Nunca me he parado a explicarlo. Pienso como le puedo hacer entender a Lena lo que es una princesa. 

- GSC: Una princesa es una nina muy guapa que vive en un castillo.
- Lena: Que es un castillo?
- GSC: Es una casa muy grande. Ademas las princesas llevan coronas. Como esta que he pintado.
- Lena: Que es una corona?
- Una  corona? Pienso que tampoco se contestar a esta pregunta.
- GSC: Una corona es un adorno. Se lleva en la cabeza. - Se la pinto.
- Lena: (risas) Es un atamasuke! Para el agua! – contesta. 

Un Wa o atamasuke es el trozo de tela de algodon enrollado que las mujeres y las ninas llevan encima de la cabeza para apoyar lo que transportan en la cabeza. Es una corona circular sobre la que apoyan 10 litros de agua, 10 kilos de naranjas, la maleta de los turistas si es una porteadora en un hotel. 

- GSC: No, No! No es un atamasuke. Las coronas estan hechas de oro, no de tela. Son un adorno! Para estar guapas!

Maldita sea. De repente me doy cuenta de que no se que son lo que son las princesas. Tambien me doy cuenta de que no se para que sirven las coronas. Pienso que llevaba mucho tiempo pensando que si lo sabia. Demasiado. Maldita sea. Me rio por dentro. Me rio mucho.

- GSC: Quieres ser una princesa como la que estoy pintando? Voy a hacerte una corona! Le hago una corona de papel, lo enrollo y se la pongo encima.

- Lena se rie. Le enseno la foto que le he hecho para que se vea. 



Todos quieren ponersela y hacerse una foto. Lena se quita la corona y sigue coloreando. 



- Lena: Vas a venir el proximo fin de semana? 

La realidad golpea de nuevo, no importan las coronas. Ni siquiera soy capaz de explicar para que sirven. Le importa si voy a ir verla  otra vez. Aunque tenga sida. Aunque esto no sirva para ponerlo en facebook ni en el curriculum. Aunque haya que tragarse el polvo volcanico para llegar hasta aqui solo para pintar con ella, tendida sobre una manta masai sobre el suelo y con doscientos colores sin punta porque no tenemos sacapuntas.

No respondo. El fin de semana que viene estoy en Ruanda pero no le quiero decir que no voy a venir. Le sigo ensenando a colorear como hacen los impresionistas, a puntitos de mil colores. Ella no se cree que eso sea colorear. Piensa que le estoy estropeando su cuaderno de colorear.  

- Lena: Asi no!!!
- GSC: Es magia Lena, cuando terminemos veras como el patito esta todo coloreado! Tu ve pintando puntitos, como yo. Espera y veras! Va cogiendo los lapices que tienen punta y lo llena todo de puntitos de mil colores.  
Cuando terminamos le pongo el dibujo lejos y se rie cuando ve que esta todo coloreado y que los puntos ahora parecen lineas. Veo que voy convenciendola por el camino del impresionismo.
- GSC: Es magia!!

Nuestro patito, hecho de mil puntitos, le parece que es una verdadera obra de arte. Otra vez!- me pide para que volvamos a colorear otro patito mas con muchos puntos.

Simon, otro de los ninos, empieza a cantar una cancion masai. No la entiendo. No se parece a nada que haya oido nunca. Se la canta a si mismo o al aire, sin dedicarnosla a ninguno en particular, sin importarle si le prestamos atencion. Canta, como si fuera lo mas normal del mundo. 

Dentras de nosotros se extiende una plantacion de plantanos, y al fondo, dominandolo todo, el Kilimanjaro. Las nubes se mezclan con la nieve de la cumbre asi que paso un rato intentando ver si distingo las nubes de la nieve. Pienso que nunca he pasado una manana coloreando solamente. Pienso que nunca me ha pasado no poder explicar que es una corona ni para que sirve. Pienso que es una manana muy aprovechada.
Pienso como es posible que nunca haya tenido tiempo para ayudar a nadie a colorear, en 29 anos.

- Lena: Vas a venir el proximo fin de semana para colorear? Se ha vuelto a poner la corona.

Cuando volvemos al orfanato, se celebra una pequena misa cerca. La celebra el cura que es el profesor al mismo tiempo. Lleva una chaqueta raida y la camisa sucia. Viene de trabajar en la plantacion de platanos toda la manana. La iglesia es tambien escuela. Solo se ensena religion que es lo unico que el cura sabe. La misa es en suajili. Las paredes de la iglesia la forman una tela de rafia atada al suelo con cuatro estacas y diez bancos sobre la tierra. Al fondo, una mesa hace las veces de altar y de mesa del profesor. Sobre la mesa una cruz de madera hecha con dos palos. 

No entiendo la misa, asi que miro la plantacion a lo lejos, oigo las canciones, pienso en nuestras Iglesias. Especialmente en las Iglesias que hay en Paris, iluminadas con velas. Pienso que el hombre necesita la espiritualidad, retirarse de todo y meditar. Aislarse, aunque sea con una tela de rafia y cuatro estacas. 



Me arrodillo, sin darme cuenta de que los bancos son muy bajos y estamos muy cerca del suelo. Al respirar, el polvo volcanico del suelo se mete dentro y la nariz me arde. No me deja respirar. Toco el inhalador del bolsillo de la chaqueta para tranquilizarme de que lo llevo. 

Rezo y pido a Dios para que no me vuelva a dejar sorda, ciega y muda.

Sigue la misa en suajili. Me vuelvo a evadir y pienso que si quieres un beso solo tienes que ir a un bar. Alguien caera.  Pienso en que hacen estos ninos huerfanos con sida cuando necesitan un beso o un abrazo. No tengo ni idea de quien se los da.

Vuelvo a rezar, pero esta vez en tono mas amenazante. “No vuelvas a hacerme esto nunca mas, te enteras? Nunca mas. No me dejes ser cobarde.” En medio de mi pataleta, le espeto, “que sepas que te has olvidado de nosotros en Europa, por si no te lo han dicho.” Mientras ellos rezan con reverencia yo me dirijo a nuestro Dios de las pequenas cosas con familiaridad, con nuestra habitual prepotencia occidental.



 “Voy a decirles lo que creo que son las dos cualidades de una obra de arte... En primer lugar, debe ser indescriptible, y en segundo lugar, debe ser irrepetible.”

Auguste Renoir,pintor  impresionista

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